No se puede entender el mundo de los jóvenes de hoy en día sin el teléfono móvil. Se utiliza para escuchar música, comunicarse con los amigos y también como símbolo de distinción con respecto a los demás. Esto implica que pone a disposición de los adolescentes nuevas formas de expresar su pertenencia y afinidad. Es por este motivo que los padres han de vigilar que las nuevas tecnologías no se conviertan en un elemento de dependencia para su desarrollo.
Encontrar hoy en día un adolescente que no tenga un teléfono de última tecnología es más difícil que encontrar a un chico de 13 años amante de la ópera, o una quinceañera que no se preocupe por la ropa. Los chavales de entre 12 y 19 años, han integrado las nuevas tecnologías en su vida cotidiana tan rápido y de forma tan intensa que no es comparable a ningún otro grupo de edad. Es por este motivo, que los expertos hablan de saturación de móviles en el ámbito juvenil.
Además el teléfono móvil cumple para los adolescentes una función muy importante como objeto de prestigio social. La elección del modelo se interpreta entre los jóvenes como una expresión de la propia personalidad; y el número de contactos, de llamadas y SMS recibidos como un indicador de la popularidad.
La necesidad de comunicación es muy elevada en esta edad. Se considera un signo de buena predisposición a estar localizable. Si no hay respuesta rápida a cualquier tipo de mensaje se interpreta como una ofensa. Un tiempo de reacción entre 15 a 30 minutos apenas es aceptable. Nada más salir del colegio ya se les ve telefoneando a unos compañeros con los que han compartido clase.
Pero, ¿qué es lo que necesitan comunicar los chicos con tanta urgencia?. Numerosos estudios que han observado el contenido de los mensajes de adolescentes han observado que estos utilizan el móvil con fines que van más allá del intercambio de información concreta. Se trata de una forma de establecer empatía y a participar lo máximo posible de las preocupaciones cotidianas de los compañeros, de expresar pertenencia y proximidad y de airear en cierto modo las emociones. Es como una forma de reafirmar su estado de ánimo, y la posibilidad de contactar con amigos en cualquier momento de forma inmediata contribuye a reducir la sensación de inseguridad y soledad.