El teléfono móvil es un dispositivo técnico que permite ser desplazado de un lugar a otro y que se ha convertido en un objeto social, personal, propio, exclusivo e íntimo con el que las personas del siglo xxi han desarrollado una relación intensa. El teléfono móvil fusiona el teléfono de Bell, el telégrafo de Morse, la radio de Marconi y la informática.
Hace muchos años que el ser humano intenta superar la barrera del espacio para comunicarse, de ahí el uso, entre otros, de palomas mensajeras, telegramas, cartas, postales, teléfonos, correo electrónico, chats y videoconferencias.
A la vez que aumenta su uso y aceptación social se han considerado sus posibles consecuencias negativas en el cerebro (efectos negativos de las ondas que emiten los teléfonos móviles o las estaciones de base) y en la seguridad vial (efectos y riesgos del móvil en la conducción de vehículos a motor y bicicletas y su implicación en los accidentes de tráfico). El móvil puede ser importante en el bulling (grabación y difusión de los actos vejatorios), en la violencia (grabación y difusión) y en el acoso sexual. Una de las consecuencias negativas que preocupa más es la posibilidad de producir adicción.
Reforzadores intrínsecos y motivación del uso de móvil
Uno de los factores que determina la capacidad de generar adicción de una sustancia son sus propiedades reforzadoras. Se acepta que cuando más intenso sea el refuerzo (efecto) y menos tiempo transcurra entre el consumo y la respuesta, más capacidad tiene la sustancia de generar dependencia. Por tanto, analizaremos las propiedades reforzadoras del uso de móvil.
-Instrumento. El teléfono móvil es además reloj de bolsillo, despertador, cámara fotográfica digital, grabadora, agenda electrónica, videoconsola, radio, mp3 o GPS. Es un instrumento multifuncional con múltiples utilidades adaptadas a la edad y rol social de su propietario.
Símbolo de identidad. El móvil es un elemento de los componentes íntimos que constituyen la esfera personal (como lo pueden ser el reloj de pulsera, la cartera, algunas fotos, el llavero, etc.) con el que se tiene una relación emocional. Nunca antes un aparato tecnológico se había convertido en un aspecto tan importante en la vida diaria de las personas, determinante para describir la identidad individual. El grado de personalización del teléfono es un factor que favorece la identidad individual y la definición de esta. El móvil se ha convertido en un objeto a través del cual se puede informar sobre su propia identificación de género, posición social y profesional, actitud hacia la sociedad, carácter, personalidad o estado de ánimo. El móvil, como la ropa, transmite información sobre la idea que se hace de sí mismo y sobre la imagen que quiere transmitir a los otros.
Estatus social. Los móviles parecen ser una tecnología de poder para la gente joven. El número de mensajes recibidos en el móvil, el número de llamadas, de contactos en la agenda, la calidad de los juegos, de los servicios que ofrece el móvil y la marca del aparato sirven para realzar el estatus social.
Red social. También el móvil adquiere identidad propia cuando los usuarios forman una red social en la agenda del móvil y pueden escoger qué usuarios incluir en esa red. Esta red social está en constante evolución, el ritmo con el que se adhieren números de teléfonos en las listas de contactos es tan rápido como los números que dejamos de utilizar. Además, se puede hablar de una identidad colectiva. Las redes sociales producidas por el móvil han creado un nuevo sentido de la identidad para los diferentes grupos de gente, por ejemplo, adolescentes y jóvenes.
Redes sociales on-line (RSO). En su poco tiempo de vida, la industria del teléfono móvil ha sabido adaptarse a las necesidades de sus usuarios o crear necesidades nuevas: los teléfonos móviles para profesionales y empresarios, los móviles sencillos para personas mayores y niños, los teléfonos para escuchar música y hacer fotos y, últimamente, el móvil para consultar las redes sociales.
Independencia. El móvil interviene significativamente en la socialización y el sentimiento de pertenencia al grupo, sobre todo, durante la adolescencia. El móvil fomenta un proceso de emancipación de los padres y actúa de barrera de seguridad frente a estos pese a ser un regalo de los padres. Así, regalar un móvil se podría entender como un ritual de paso, un regalo de iniciación a la fase juvenil de la vida, a la independencia social. Para los jóvenes, un móvil es un teléfono personal, y tener un teléfono personal al que los padres no pueden acceder significa marcar una barrera. Así, durante la adolescencia, ayuda a adquirir un sentido cada vez mayor de sí mismo y una orientación creciente hacía el grupo de iguales.
Distancias cortas. El móvil es un instrumento que facilita los contactos a corta distancia, es decir, los contactos con personas con las que nos relacionamos diariamente. Una característica típica de la juventud es que está hecha de círculos muy cerrados, de barrio, colegio, club, etc., y el móvil es, aquí, un medio práctico para mantenerse en contacto cuando la conversación cara a cara no es posible. Cuando la red social está lejos se prefieren otros canales de comunicación, como los correos electrónicos o las RSO.
Sensación de seguridad y control. El móvil es un instrumento de control que genera un sentimiento de seguridad en los padres, en las parejas o en uno mismo. Los padres compran los móviles a sus hijos por la necesidad de controlar y para establecer una «correa digital». Con este afán de control, los padres transmiten este sentimiento a sus hijos. Se trata de un control y una tranquilidad ficticios porque se puede mentir fácilmente sobre el lugar donde se está y porque la batería y la cobertura son limitadas. El móvil ha revolucionado el poder de los espacios y, con ello, el del control. Así, los adolescentes pueden comunicarse sin el control de los padres.
Movilidad y acceso permanente. La condición de movilidad hace que el acceso a las personas que poseen móvil se perciba como permanente. En este proceso se dan dos ilusiones, cada una en dirección opuesta a la otra: una, pensar que no estamos siendo controlados cuando en realidad uno puede ser localizado en cualquier momento y lugar, y dos, pensar que uno puede controlar a los demás cuando el móvil solo permite oír la voz de alguien o recibir un SMS o whatsapp sin saber de dónde procede realmente. Aun así, los padres prefieren creen que existe un control a dejar que sus hijos escapen de sus límites. Lo mismo podría ocurrir entre los adultos, relaciones sentimentales o laborales, aunque muchas empresas incluyen GPS en los móviles de sus trabajadores para controlar donde se encuentran.
Diversión y juegos. El equipamiento que conlleva un móvil es muy amplio y puede convertirse en una videoconsola portátil. Y es que estar al día, jugar al último juego, sentirse integrado o estar a la moda son objetivos perseguidos por muchos jóvenes y adolescentes contemporáneos. También hay que tener en cuenta que, cada vez más, se pueden hacer más actividades lúdicas mediante el móvil como por ejemplo apostar, comprar, estimularse sexualmente y descargar música o vídeos.
Conciliación familiar. La evolución social de las estructuras familiares podría explicar, en parte, el auge de la telefonía personal. Podemos hablar de varios factores:
a)La emergencia de familias monoparentales o recompuestas, particularmente demandantes de lazos telefónicos externos en razón de las características de su estructura.
b)La democratización interna de la familia que acentúa la autonomía de los individuos y es susceptible de favorecer la difusión de una telefonía menos colectiva y más personal.
c)La demanda de dispositivos de comunicación individuales al prolongarse la cohabitación de los hijos en el hogar parental.
Un cuarto factor es la creciente inserción profesional de la mujer aunque el móvil no ha cambiado las convenciones sociales y la mujer lo utiliza para cumplir con sus responsabilidades a través del tiempo y del espacio llevando su vida privada de responsabilidades domésticas a su mundo laboral público. Así pues, se puede hablar de nuevas constelaciones familiares y de nuevas formas de comunicación para mantener una unidad familiar.
Significado del texto en el teléfono móvil. Los SMS representaron un auténtico fenómeno cultural: convocatorias políticas o festivas, seguimiento médico y psicológico, elemento del tratamiento, estado de los encargos en comercios o bancos, participar en programas o concursos televisivos, notificaciones oficiales, etc. De la misma forma, podemos comentar su rápido declive substituidos por los whatsapp que, además del texto, soportan fotografías o vídeos. Los SMS y los whatsapp comparten una serie de características que vale la pena comentar:
- La funcionalidad del lenguaje escrito. La descripción funcional de las cartas es suficientemente universal como para que sea válida también en su versión electrónica, lo escrito permanece mientras que las palabras no. La información escrita, fijada y sin ninguna modificación posible tiene un valor añadido, la permanencia. Los SMS y los whatsapp no son cartas pero podrían equipararse a las tarjetas postales por su brevedad y su contenido telegráfico y condensado.
Durante la navidad y fin de año se multiplican porque sustituyen las postales navideñas de una forma rápida e instantánea.
- Expresión de sentimientos. Los SMS y los whatsapp ayudan a expresar, con poca implicación directa, los sentimientos que no se quieren o no se pueden expresar oralmente. Además, responden a la necesidad impulsiva de compartir los sentimientos en el momento en que se sienten. Además, enviar un SMS o un app implica manifestar la propia presencia a su receptor y por tanto, contienen una carga simbólica importante. Todo ello hace que su uso se perciba especialmente satisfactorio y promueva lazos de mayor intimidad.
- Lenguaje abreviado y emoticonos. La necesidad de comunicar lo máximo en el mínimo espacio ha contribuido al uso intensivo de abreviaturas. Los emoticonos sirven para expresar sentimientos. El beneficio de los emoticonos en los SMS y apps es más notable que en el correo electrónico porque el espacio es más limitado ¿Qué mejor que ahorrar todavía más palabras y hacer un dibujo en representación?
- Evitación. La unilateralidad, carácter conciso, directo y sintético del SMS y del app responden a una triple necesidad: ahorrar tiempo, economizar gastos y, la más interesante, mantener el vínculo cuando no se tienen ganas de mantener una conversación telefónica.
- Respeto a la intimidad. El sonido de los SMS y apps es más discreto que el de las llamadas. Son un método fácil de comunicación para la gente tímida o para quien se encuentran en situaciones embarazosas. En Japón mucha gente joven escribe un SMS antes de telefonear para confirmar que su interlocutor está dispuesto o quiere hablar con ellos.
Ansiedad. Algunas personas sienten ansiedad cuando sus SMS o apps no son correspondidos. Esto podría ser debido a varios factores, algunos ya comentados: la inmediatez y el acceso permanente, la particularidad del lenguaje escrito y la dedicación o exclusividad que un SMS conlleva. Escribir significa un tiempo de dedicación exclusiva mientras que una llamada permite hacer otras cosas a la vez. Un usuario con un SMS o un app sin respuesta podría sentir que el tiempo invertido en escribirlo no le es correspondido con la misma intensidad. Todo ello hace aumentar la ansiedad.